viernes, 21 de diciembre de 2012

FELIZ PUTA NAVIDAD


Debo reconocer que odio la Navidad de estos días que vivimos en nuestro mundo occidental. La celebran católicos y no católicos. Pero ¿sabemos lo que se celebra? Sólo deberían celebrarla los que fueran cristianos practicantes. Odio ver como los niños adoran a un puto gordo vestido de rojo que no es más que una creación de la Coca Cola en los años 50-60 del siglo pasado. Realmente el verdadero personaje fue un sacerdote que vivió en la época de la cruzadas de muy buena fe,  que vivió en la zona cercana a Constantinopla y ayudaba a su rebaño dándoles lo poco que tenía. Fue nombrado Obispo y a su muerte sus restos fueron recuperados por los templarios y trasladados a Bari en Italia donde reposan en la actualidad en la Iglesia de San Nicolás de Bari. La invención de que viene del polo norte y que viene con renos y toda esas polladas es un invento de los mercados que nos dominan. Por eso odio la Navidad. Ya no se celebra lo que hay que celebrar. El nacimiento de Cristo en la tierra. Algo humilde, desde la sencillez y la oración. Ahora los mercados nos hacen celebrarlo desde el consumo, el gasto, el despilfarro. Los niños se vuelven seres egoistas. No les educamos. Personas que no son católicas tienen la desfachatez de celebrar estas fiestas. Este mundo está loco. 

Este mundo es más que lo que vemos. Mientras cenamos en nochebuena de forma opulenta y brindamos sin saber porqué, en el mundo mueren 6400 niños. Cada día mueren de hambre esos 6400 niños. 192000 al mes.2 millones trescientos cuatro mil niños al año mueren de hambre. FELIZ NAVIDAD a todos los falsos de la tierra.
La Navidad es un ejemplo más de la globalización donde el hombre es el esclavo del mercado.

Mejor que yo, escuchad al menos al presidente de Uruguay: Pepe Mújica. El discurso más fascinante y valiente que he escuchado a un político en mi vida.